Mi cuento El Caudal finalista del 3er Concurso de Narrativa de Fundación La Balandra. Publicado en el libro que podés comprar haciendo click acá.
Princesa de la Viruta
un blog de ficción
jueves, 22 de diciembre de 2022
martes, 21 de diciembre de 2021
la casa de al lado
el poder son telarañas y baba del diablo
desnudos somos todos vulnerables
lástima el antes
lástima
el después
resguardar tus tres metros mínimo
siempre asustado
siempre
resentido
la cultura del trabajo nos hizo mierda
distorsiona
lo que vinimos a dar
intenté ser la opción más ecológica
ahora voy con la más voraz
tengo un dato liberador:
el mundo no nos necesita
voy a cambiar de casa
anotar en un papel todos mis dogmas
para ponerlos a prueba
cada uno tendrá una oportunidad
de subsistir
esta vez todo va a ser distinto
fuck off, bitch
es mi momento
suficiente muerte
suficiente haunting
buscaba
canciones tristes que dejaran entrever luz
buscaba lo que abunda
somos el camino
bla
bla
la pista de aterrizaje
es la misma que se usa para despegar
cascos en el barro
caballo herido pero bien
sanando
la casa de al lado no está en venta todavía
no puedo derribar las paredes y expandir
sentarme en la puerta y ver pasar
el cadáver de todos mis enemigos
manivela tonta
la vida es repetición si te desconcentrás
hice cambios estructurales dos veces
cambios menores, mil
nunca fui digna
un ciempiés
la luna no sale para todos, ¿viste?
soy hombre lobo y sé
la sed de esperar
el momento exacto
tenía que ser perfecto esa vez
podíamos pensar
un lugar mejor
viajábamos entre semana
cenábamos bien
nos salteábamos el desayuno
hablábamos
hablábamos
hablábamos
salgo
cruzo la avenida hasta el mar
quiero fingir mi muerte
y la tuya
separarme unos dólares
tuyos
mudarme al Chaltén
ponerme un restorán de madera
padecer frío
nunca más ver el mar
atender cuentas y proveedores
hacer de mi vida una desgracia
durante unos años
y cuando todos se hayan olvidado volver
con otro nombre
otra casa
volver y que nadie me reconozca
que digan qué fue
de esa chica que se ahogó en el mar
y vos
me tengas enfrente y no sepas quién soy
que nos presenten
en alguna situación formal
una fiesta de fin de año
con bonus
caja navideña
volver al comienzo
cuando sabíamos que era un pantano pero nos metimos igual
lástima
no haber podido llevarse un recuerdo
alguna marca física
permanente
como un hijo juntos o una cicatriz
lo que no deja rastros desaparece
o peor
se deforma con el tiempo
o peor
se reitera
Griselda Perrotta
domingo, 14 de febrero de 2021
Ruta
domingo, 31 de mayo de 2020
Suficiente
domingo, 29 de diciembre de 2019
Piedad
martes, 10 de septiembre de 2019
Infamia
miércoles, 14 de agosto de 2019
Somos Berlín
viernes, 7 de junio de 2019
lunes, 8 de abril de 2019
Cuánto
domingo, 24 de marzo de 2019
El último soldado(*)
yo doblaba las frazadas
Irnos sin rastros
Nosotros justo
que desde una cueva hacíamos temblar gigantes
Que los vimos
golpear su escritorio con las dos manos para advertir
e hicimos llama la chispa de tantos
Nosotros somos el rastro, dijiste
y fue lo último que escuché
Después vimos la puerta abrirse de una patada
Estamos solos, decías la noche anterior
Negaba pero tenías razón
Como cuando me agarraste la mano y corrimos
El sol saliendo también esa vez, recuerdo
Desde entonces todo fue noches
camas prestadas
andar con lo puesto
Cómo no enamorarnos en ese paso de apocalipsis
si el último bastión éramos nosotros
El último soldado
Cuando escapemos voy a contarte:
nunca adherí tanto a esta lucha
Me pregunto si alguien más sentía como yo
No elegimos el verano
Siempre
Las cosas grandes
son dadas por alguien más, pero
¿Dónde quedaba la duda?
En ese fervor grupal
masivo
común
No había tiempo para esas cosas
Tiempo
Tiempo y tu voz firme que entendíamos verdad
Duda inútil y estúpida
Como este arrepentimiento que es a medias y además tardío
Perdí la cuenta del tiempo
Aprendí el límite del dolor
Los mil matices de un gris que no deja de propagarse y se extiende
Ya ni escucho los lamentos
la queja
el derrumbe
Soy
el peso muerto de un cuerpo cortando el aire
Flores al costado de una tumba vacía
Vueltas en círculo y no encontrar
La llaga de una nación que grita Nunca Más pero no deja de repetirse
Su incendio mal apagado
No elegimos el verano, recuerdo
y entonces de vuelta escucho tu voz que es luz
hijos libres
bosques nuestros
Pero no todavía
No todavía
¿Cuántos colores son necesarios para tapar este gris?
¿Cómo?
¿Cómo es que afuera escucho gorriones,
cómo es que igual sale el sol si el gris no cesa?
Si no logramos romper los candados
¿Fuimos
acaso
la ilusión de un puente que acabó por ceder?
No se ruega por nosotros todavía
No suficiente
Mañana seremos carteles
listas
pintadas en las paredes
que nos invoquen y nos invoquen y nos invoquen
El porvenir a destiempo
Ceniza que se monta al río y avanza
Restos que nutren la tierra
y después barro
y valió la pena
Porque sabemos
que nadie fue tan feliz como nosotros cuando mirábamos el fuego
Y ninguna hoguera es en vano
Ninguna
Nadie esperaba esta lluvia
Fuimos el verano, es cierto
Pero el cansancio
¿Quién resiste la tibieza en los pies,
el viento fresco en la nuca?
No hay belleza en permanecer donde todo ha muerto
Mañana tal vez otros
Nosotros
Seremos tierra nutrida y el río correrá limpio para inundar las naciones
Los carteles no harán falta
Tendrá sentido el color
Tal vez otros mañana
No yo
Hoy
No todavía