lunes, 8 de abril de 2019

Cuánto


Teníamos el don de animar a las bestias,
hacerlas hablar nuestra lengua
que usaban después para insultar a su Creador
o para besarnos
también
por primera vez
caminábamos entre los huesos y el naufragio,
se notaba,
había ocurrido un siglo atrás

¿Cuánto de esto sobrevive a la luz del sol?,
nos preguntábamos
con la hilera de barriletes cortando el cielo
y era increíble que,
aún siendo de noche,
pudiésemos distinguir colores

Desde entonces tengo la boca hecha un infierno
y las manos como garras
pegoteándose
aferradas a lo que nos pudimos robar

“Desperdiciaste los dulces”, nos retaban cuando éramos niños

Es que nunca aprendimos
cuánto dura un caramelo en el bolsillo
antes de empezarse a derretir
Griselda Perrotta